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lunes

Viandas para la oficina


Llega el mediodía en la jornada de trabajo y el momento que podría ser de distensión y placer se transforma en una pesadilla: los que no miran el taper con las sobras de la cena, comen empanadas del delivery más cercano. Antes de llegar al aburrimiento sin retorno o al colesterol en niveles peligrosos, dos reconocidos cocineros y una nutricionista cuentan cómo hacer de la vianda de cada día algo rico y saludable.
“La clave para comer con gusto y sano radica en ser creativo al elegir”, cuenta Geraldine Neff, chef ejecutiva de Tea Connection, y agrega la necesidad de divertirse en el proceso: “Hay que buscar buenas y nuevas alternativas a las ya conocidas, que nos acompañen en la rutina del día a día, pasándola bien en esta tarea, sin vivirla como algo que sólo hay que hacer”. Por su parte, Guillermo Calabrese, director académico de Gato Dumas Colegio de Cocineros, brinda un dato que ayuda a la organización: “Para preparar una opción nutritiva, rica y sana es necesario programar el menú semanalmente para tener de antemano todo preparado”.
Para no caer en dietas obligadas, pasar horas con hambre o aburrirse, es aconsejable ir variando los alimentos a medida que cambian las estaciones. Para esto, es importante no olvidar los otros sentidos involucrados en la alimentación, tales como el olfato y la vista, y tener presentes las texturas de los alimentos, entre otras cosas. “Hay muchos snacks saludables como las zanahorias o el apio cortadas en tiras o las frutas frescas en una improvisada ensalada”, explica Neff y aclara que esto es necesario para no terminar en el kiosco apelando a las papas fritas. Por otro lado, la chef imagina una comida en la que “uno elija los colores y olores que más prefiere; con estas ideas, se puede visitar la verdulería más completa que uno tenga en el barrio y ver lo que la naturaleza ofrece en ese momento, teniendo en cuenta que en general lo que está más barato es lo más rico porque pertenece a la temporada”. También se pueden incorporar a las comidas y a los “entretiempos” frutas secas como nueces, almendras y pasas de uva y barras de semillas de lino, sésamo y girasol con miel.
Para comer sano, la licenciada María Ximena Marasco, nutricionista, aconseja combinar vegetales frescos o cocidos con algún hidrato de carbono (una porción de arroz o de fideos), o bien una tarta con rellenos de verduras, ideal para una digestión rápida y así continuar la tarea sin pesadez ni sueño. Otra opción es pescado fresco sin crema ni manteca, acompañado de algún vegetal. “Siempre es más saludable llevar al trabajo algo casero, esto permite que se realicen porciones adecuadas y con mucha menos materia grasa y que sea cada uno quien regule la cantidad”, explica Marasco. En cuanto a las bebidas, deben evitarse las colas y su hinchazón inevitable que perdura durante todo el día. La nutricionista aconseja: “Es muy importante el consumo de líquidos, que une a todos los grupos de alimentos. Lo ideal es que en el trabajo se tome, porque de eso está formado el 70% de nuestro cuerpo y es lo que necesitamos reponer en forma permanente. El resto de las bebidas con sabor las tomamos sólo por placer, lo cual no está mal, pero hay que siempre preferir las versiones reducidas o light”. Lo ideal son los jugos naturales de frutas, muchas veces pueden mezclarse y así aportar un nuevo sabor con muchas vitaminas.
Cómo conservar la comida en buen estado durante toda la jornada  

Pocas empresas tienen una cocina amplia y lo suficientemente completa como para que cada empleado, más allá de su nivel ejecutivo, tenga espacio en una heladera y un lugar donde calentar los alimentos. Así, la comida llega a la oficina a las nueve de la mañana y debe esperar hasta la una de la tarde. ¿Cómo evitar que se arruine la frescura, se mezclen los sabores o se ablanden las harinas en dos minutos de microondas? Lo más conveniente es acostumbrarse a llevar una heladerita portátil de plástico duro y con tapa hermética; el hielo o no que se ponga en ella dependerá de la época del año. También hay en el mercado unas de tela impermeable. Son más livianas, pero si se viaja en transporte público los alimentos pueden no llegar en las mejores condiciones. Para que el agua o los jugos se mantengan frescos es conveniente dejarlos un rato en el freezer de la casa, en botellas pequeñas. Los vegetales y las carnes no tienen inconvenientes con el microondas, pero en el caso de las tartas siempre es mejor comerlas a temperatura ambiente que calentarlas sin horno a gas y arruinar la masa. En el caso de los sándwiches, hay que envolverlos en film para trasladarlos. Los aderezos para las ensaladas conviene ponerlos en un envase chico aparte, para que las verduras no pierdan su textura.

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