Autor: Por JUAN REVENGA
El comportamiento alimentario está marcado por numerosos factores, como el ambiente (iluminación o música), la motivación y el tamaño del alimento o del envase. El modo en que cada persona se alimenta está condicionado por infinidad de circunstancias. La propia disponibilidad de alimentos, los condicionantes culturales, las preferencias e, incluso, el peso de los acompañantes influyen en la elección de los alimentos. Un reciente estudio pone de manifiesto que la forma de comer de las personas delgadas afecta al resto de los comensales, sobre todo, cuando tienen mucho apetito.
Los estudios que tratan de definir cuánto afecta la compañía a las elecciones de los consumidores al comer son diversos. El objetivo de estas investigaciones, dirigidas desde departamentos de Psicología Humana, es destacar la importancia de ciertos aspectos psicológicos en el comportamiento alimentario. Se ha relacionado con frecuencia la obesidad con ciertos excesos alimentarios compartidos entre personas del mismo círculo social, como la propia familia o los amigos. En estos estudios se subraya que los individuos que comen con personas obesas tienden a hacer mayores ingestas y, por lo tanto, es más probable que desarrollen sobrepeso.
La influencia de la compañía
Un reciente estudio de la University of British Columbia, en Canadá, titulado "Yo quiero (comer) lo que ella come: efecto de la influencia social y del morfotipo en la elección de alimentos sobre terceros", revela que cuando un acompañante delgado realiza una ingesta por encima de lo recomendable, invita o incita a realizar una elección sobredimensionada. El estudio, publicado en 'Journal of Consumer Research', ha examinado a 210 estudiantes universitarias que creyeron que formarían parte de un estudio sobre los contenidos de una película concreta. Cada mujer vio el filme con una acompañante que, en realidad, era una integrante del equipo de investigación. Ésta pesaba 48 kilos y, mientras en algunos casos ejercía de acompañante con su peso normal, en otros se colocó almohadones disimulados entre la ropa para parecer obesa. Durante la película, se ofreció golosinas a cada pareja, primero a la investigadora y luego a la estudiante.En general, el equipo halló que las estudiantes comían más cuando su acompañante delgada elegía una porción grande, que cuando lo hacía la acompañante "obesa". Si la investigadora comía cerca de 30 caramelos, las participantes comían unos 10. Sin embargo, cuando la investigadora simulaba ser una mujer obesa, las estudiantes comían unos seis caramelos, es decir, se autocontrolaban más al compartir espacio con alguien con sobrepeso que, además, se excedía con la comida. Según Brent McFerran, uno de los directores del estudio y profesor asistente de Marketing de la University of British Columbia, "la persona más peligrosa para compartir una comida no es la obesa, sino la amiga delgada con gran apetito".
Los resultados sugieren que observar a una persona delgada mientras come una comida copiosa otorga "un permiso implícito a imitarla". Se piensa que "si ella puede comer así y seguir delgada, también podemos hacerlo los demás", asegura McFerran. El equipo compuesto por expertos en comportamiento alimentario indica que "comer incluye mucha presión social". Las influencias sociales serían el vaticinador más contundente de los alimentos que come una persona.
Comer por imitación
Estos resultados no implican que se tengan que cancelar las comidas o cenas con amistades delgadas con gran apetito. Los expertos recomiendan convertir el acto alimentario en una realidad reflexiva. McFerran sugiere que, en lugar de mirar a un amigo delgado que devora un postre y sentir el permiso para hacerlo, debería recordarse que cada persona es distinta, con un metabolismo y un hábito físico diferente. "Si pensamos antes lo que hacemos, seremos menos propensos a comer en exceso", apunta.Es posible hacer una lectura positiva de los resultados. A partir de esta pauta de comportamiento imitadora se puede recibir la influencia de los comportamientos de los amigos que eligen porciones pequeñas y alimentos saludables, en especial, si están delgados.
Es adecuado concentrarse en un objetivo personal, comer de forma saludable, en lugar de imitar a un amigo y creer que su actual circunstancia con respecto al peso y su comportamiento alimentario son siempre iguales y se reproducirán en el caso de cada uno. Diversos factores individuales condicionan el éxito para alcanzar un estilo de alimentación saludable, como las preferencias personales, la motivación y la compañía.
CUESTIÓN DE EDUCACIÓN
La relación de cada individuo con su alimentación destaca por múltiples aspectos, algunos de ellos no son modificables, pero otros muchos se pueden variar a través de una correcta educación nutricional. Al revisar el comportamiento alimentario conviene consultar con un profesional que, de manera integral e integradora, analice las circunstancias personales de cada individuo y aporte una solución coherente.
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