Los beneficios de practicar deporte son bien conocidos: mantener el peso corporal, prevenir enfermedades cardiovasculares o diabetes y proteger el sistema inmunitario. ¿Pero qué le ocurre al organismo cuando está en vigoroso movimiento? ¿Por qué es tan bueno hacer deporte y qué beneficios aporta a personas sin riesgo de enfermedad? Un trabajo reciente ahonda en los cambios metabólicos del cuerpo humano para dar respuestas a estos interrogantes.
Autor: Por NÚRIA LLAVINA RUBIO
Los cambios metabólicos tienen su base en reacciones bioquímicas de los seres vivos que permiten el intercambio de materia y energía con el exterior. Practicar deporte es un ejemplo de ello, ya que provoca variaciones en el metabolismo que favorecen el sistema cardiovascular y protegen de enfermedades como la diabetes. Desde el punto de vista químico, el ejercicio propicia cambios en el organismo, como producir ciertas sustancias, reducir la cantidad de otras o motivar la activación de determinados reguladores. Investigadores del Hospital General de Massachusetts (EE.UU.) han estudiado algunas de estas variaciones con el objeto de dibujar un mapa de cambios metabólicos que expliquen, de forma explícita, los beneficios de la actividad física.
Los expertos, que han publicado sus conclusiones en la revista "Science Translational Medicine", aseguran que un mejor conocimiento de los cambios metabólicos ayudaría a identificar los efectos saludables del ejercicio tanto en individuos con problemas cardiovasculares como sin ellos. Además, podría señalar nuevas dianas terapéuticas. En otras palabras, el control de todas las variaciones que se dan durante la práctica deportiva permitiría equilibrar los estados metabólicos inadecuados que, entre otros, contribuyen a la obesidad o la diabetes.
Variaciones en sangre
Los científicos presentan un primer conjunto de cambios que aún debe completarse, ya que se desconocen aún todas las variaciones metabólicas que induce el deporte. Los han definido tanto para deporte moderado como para intenso, además de determinar la duración de su efecto: 10 minutos de ejercicio intenso son suficientes para generar cambios metabólicos beneficiosos que pueden durar hasta una hora, concluye el estudio. Este resultado, aunque no es definitivo, apoya la idea de los beneficios de practicar deporte en períodos cortos pero frecuentes para mantener la salud. O lo que es lo mismo: apoya las recomendaciones de actividad física moderada de duración media cada día.
Los resultados también muestran que cuanto más en forma está una persona, más efecto tiene en su organismo la práctica deportiva, ya que los cambios son más beneficiosos. Los experimentos se basaron en el estudio de los componentes de la sangre durante la práctica de actividad física. Se realizó con adultos saludables, corredores de maratón y personas sin un buen estado físico. Los resultados mostraron variaciones en 20 metabolitos durante y después de la actividad. Los metabolitos son compuestos químicos cuya circulación en sangre indica la rápida activación de reacciones metabólicas (programa catabólico).
Esta veintena de metabolitos se comportan de manera diferente. Algunos sólo se activan durante la práctica deportiva, mientras que otros aumentan de manera drástica sus niveles (los relacionados con la quema de grasas) o los reducen (los vinculados con el estrés celular). Otro hallazgo importante es la detección de un factor, el "nur 77", que activan los metabolitos "alterados" durante el ejercicio. Este factor controla la glucosa y el metabolismo de los lípidos.
El trabajo con los corredores de maratón, que cubrieron una media de 50 minutos, mostró qué pasa cuando la actividad física es intensa. Aparte de confirmar los mismos resultados que los detectados con adultos saludables y sin buen estado físico (aumento del metabolismo de las grasas), los científicos identificaron también menores niveles de aminoácidos, lo que muestra que "nur 77" se utiliza como fuente de energía para mantener unos niveles de glucosa adecuados.
Trabajo por hacer
Este estudio confirma no sólo las bondades del ejercicio, sino que lo presenta como una acción en sí misma. Cuando se consigan detallar todos los cambios metabólicos que se suceden en el organismo, se podrá utilizar como terapia para prevenir o tratar ciertas enfermedades. Por este motivo, es fundamental mantener un buen estado físico, que no significa practicar deporte con intensidad. Basta con ejercicio moderado diario.
Para conseguirlo en edades adultas, hay que inculcar el hábito del deporte en la infancia y en la adolescencia. El último "Eurobarómetro sobre deporte y actividad física" publicado por la Unión Europea muestra que los jóvenes españoles de entre 15 y 24 años son quienes más deporte practican (28%), por encima de la media europea (19%). El problema es otro: un 42% del conjunto de la población española afirma que nunca hace deporte.
ESTIMULAR LAS DEFENSAS
A los beneficios del deporte debería sumarse la estimulación del sistema inmunitario en jóvenes y durante la edad infantil. Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California (EE.UU.) ha comprobado que el ejercicio aumenta, en el momento en el que el organismo aún desarrolla las defensas, el número de glóbulos blancos y de células NK ("Natural Killer", células asesinas naturales).
Las células NK son un tipo de linfocito que pertenece al sistema inmunitario, circulan en la sangre y defienden al organismo del desarrollo de células cancerígenas y de infecciones causadas por microorganismos como virus, bacterias y parásitos. A pesar de que estudios anteriores ya habían constatado este beneficio en adultos, se cree que el deporte excesivo puede provocar el efecto contrario. El motivo es que se asocia la práctica de ejercicio de alto nivel (deportistas de élite) a niveles bajos de anticuerpos y mayor riesgo de contraer infecciones víricas. Sin embargo, la práctica de un ejercicio moderado fortalece el sistema inmunitario.
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