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martes

Dietas milagrosas

Las 15 dietas famosas que tienen riesgos para la salud. Un organismo oficial francés analizó las más populares en Internet y en las ventas de libros. Y las cuestionó seriamente. Según expertos locales, los regímenes siempre deben tener un control médico.



Fotos de chicas flaquísimas, supuestamente lindas. Publicidades donde la gente feliz no tiene un gramo de más. Las referencias de la cultura del consumo a un supuesto modelo corporal son las madres del problema que, ahora, parece ser mayor de lo que se creía. Según lo plantea en un estudio la Agencia de Seguridad Sanitaria, Alimentación, Medio Ambiente y Trabajo (ANSES) del gobierno francés, muchos regímenes adelgazantes no sólo no son una buena alternativa para bajar de peso sino que conllevan riesgos para la salud. Básicamente, dice que las dietas más populares no son equilibradas en términos alimentarios y que en un 95% provocan un aumento de peso cuando se las deja , ya sean las ricas en proteínas o pobres en glúcidos.
La agencia (equivalente a la ANMAT argentina) analizó en profundidad las 15 dietas más populares en Internet y venta de libros, entre ellas la Atkins, la californiana, la desintoxicante del limón, la de crononutrición, la Mayo y el régimen de la sopa de repollo. Su informe de 160 páginas, publicado la semana pasada, evalúa los desequilibrios importantes que traen aparejadas en macro nutrientes (lípidos, glúcidos, proteínas), en vitaminas y en minerales, y que afectan en los niveles óseo, metabólico, cardiovascular, hepático, renal, digestivo y psicológico (ver Las consecuencias...).
En más del 80% de estas dietas, los aportes en proteínas son superiores a los valores nutricionales aconsejados, e incluso muy elevados, como en el caso de la Dukan, que constituyen además su señal distintiva. Varias de ellas (en especial, la De la Zona, la Crononutrición y la Atkins) proponen aportes de grasas superiores a los niveles máximos recomendados. En tres de cada cuatro dietas, los aportes en fibras son inferiores a lo aconsejable, e incluso en algunos casos cerca de diez veces menores, como en las dos primeras fases de la Dukan.
El presidente del grupo de trabajo de la ANSES que llevó adelante la investigación, Jean Michel Lecerf, dijo que estas dietas “contienen pocas fibras, vitaminas y minerales, y demasiada sal”. Lo que, según él, hace que “personas que no tenían problemas de peso puedan pasar a estar en sobrepeso y desarrollar perturbaciones del comportamiento alimentario”. LEER MÁS...
En el caso concreto de las mujeres –de las que, de acuerdo con el informe, el 40% se considera “demasiado gorda” y el 60% desea pesar menos– los aportes en hierro recomendados rara vez son respetados . Varios regímenes (el Mayo, el Montignac, el Fricker) no cubren las necesidades en calcio, mientras que en dos de las fases de la Dukan los aportes son dos veces superiores a lo recomendado. La primera etapa de esta dieta aporta más de dos veces el máximo de sodio aconsejado. El aporte en vitamina C es muchas veces demasiado débil, en especial en las Dukan y Fricker, al igual que el de vitamina D, salvo para los regímenes Dukan fase 2 y 3, en donde es cuatro veces más elevado que lo recomendado.
Según Marcela Leal, directora de la carrera Nutrición de la Universidad Maimónides, la mayoría de las dietas actuales tienen que ver con una restricción alimentaria importante en nutrientes y con el consumo excesivo de otros. “Las dietas de moda no son soluciones a largo plazo si se desea bajar de peso. Muchas dan resultados en su comienzo, provocando un descenso de peso brusco. Sin embargo, pueden ocasionar graves consecuencias en el organismo . Prometen resultados no realistas, son difíciles de mantener en el tiempo y no son saludables”, explica la especialista.
Para Ana Jufe, nutricionista del Hospital de Clínicas, el problema no es tanto la dieta sino cómo se hace. “Es una herramienta que el paciente debe usar acompañado por un médico, por eso el problema es que se la haga por su cuenta y por tiempos indefinidos”. Leal coincide: “Intentar un descenso de peso sin asesoramiento profesional lleva a prácticas alimentarias desequilibradas”.
Para cerrar, Jufe deja una pregunta que bien podría abrir un debate más profundo: “Sería bueno también cuestionarnos por qué fabricamos cada vez más alimentos no nutritivos y potencialmente adictivos, generalmente económicos, que predisponen en gran medida a esta severa enfermedad”.

Paradojas de las dietas extremas

Por Mónica Katz

Paradoja 1: en general buscan tratamiento consumidores sin exceso de peso ni riesgo, pero con sobrepeso cultural. Los obesos con patologías asociadas y alto riesgo, muchas veces ni siquiera piensan en un tratamiento.

Paradoja 2: las estrategias para perder peso en términos de alimentación se basan en reducir calorías y manipular la composición de la dieta (porcentaje de macronutrientes: hidratos, proteínas y grasas). Si bien es necesario que la persona coma menos, se utilizan dietas extremadamente bajas en calorías sin necesidad. ¿Para qué dar dietas de hambre si reduciendo 500cal/día, en 10 días se perderá 1 kilo?

Paradoja 3: el hambre oculta y la malnutrición de los que pueden comer. El déficit de vitaminas y minerales que nadie sospecha ni trata. En nuestro país la carencia de calcio y hierro constituyen ya un desafío sanitario. La baja ingesta de frutas y verduras se repite en diferentes estudios.

Paradoja 4: quizás la más dramática es la paradoja profesional. La cultura delinea su ideal estético. Las personas luego buscan dietas pintorescas, resultados rápidos y expectativas irreales. Las dietas heterodoxas no poseen evidencia científica. Sin embargo poseen demasiado espacio en los medios y son difundidas por famosos que se constituyen en modelos de comportamiento. Sin cuestionamientos, el respectivo gurú las transforma en meta-religión con muchos fieles seguidores.

¿Es acaso una opción terapéutica la delgadez a cualquier costo? ¿Es razonable excluir y demonizar alimentos? Es licito convertir el acto de comer en un ilícito? ¿Es ético embarcarse en un viaje hacia la desnutrición, el estrés del hambre, el rebote de peso y el trastorno alimentario? ¿Será que los kilos en la balanza son la dosis de certeza necesaria frente a la incertidumbre cotidiana? Será que así de vulnerables, las dietas por más heterodoxas, sean la errada manera de afrontarla?

Dietas

Scardale
El pescado es uno de los alimentos básicos de esta dieta, junto con la carne magra y el pollo sin piel. Se suprimen las bebidas alcohólicas y todas las grasas, por lo que está prohibido el aceite. Entre comidas, se puede comer sólo zanahorias y apio en la cantidad deseada. Y no hay que seguir el régimen durante más de 14 días.

Atkins
Comprende cuatro fases. La primera dura al menos dos semanas, durante las cuales las fuentes de glúcidos (azúcar, productos dulces, féculas, leguminosas, frutas, leche, yogurt, etc.) se deben evitar. La segunda fase reintroduce gradualmente los alimentos que contienen glúcidos como las frutas, los cereales y los lácteos.

Californiano
La fase 1 dura 10 días y suprime alimentos para reducir el acostumbramiento al azúcar. Así, no se pueden comer frutas, productos a base de harina refinada, vino y golosinas a base de edulcorantes. La fase 2, que debe seguirse hasta alcanzar el peso deseado, incluye frutas, hortalizas, yogurt natural descremado y un vaso de vino por día.

Desintoxicante del limón
Más que una dieta, se emparenta con un ayuno. Consiste en una bebida compuesta principalmente de jugo de limón y jarabe de arce y de palma. El limón tendría la función de actuar como “detergente interno para disolver las grasas excedentes”. Este régimen debe seguirse entre cinco y siete días en el caso de los debutantes.
Crononutrición
Asocia el consumo de alimentos al reloj biológico. El desayuno debe ser rico en lípidos pero sin contener azúcar; el almuerzo debe ser rico en proteínas, la merienda debe contener chocolate amargo y frutas, y la cena debe ser “ligera”. No se puede alterar este orden, comer entre comidas o aumentar la parte “vegetal” de los platos.

Dukan
La fase “de ataque” –de las proteínas puras como la carne– dura cinco días. La fase “de crucero” alterna días de alimentación protéica con otros de proteínas y hortalizas. En las fases siguientes se van agregando alimentos y la de “estabilización definitiva” debe incluir un día fijo por semana para seguir la alimentación del régimen de ataque.

Ornish
La creó un cardiólogo. Es un régimen vegetariano muy pobre en lípidos. Se debe evitar el consumo de carne, pescado, pollo, salsas, paltas, aceitunas y manteca, entre otros alimentos. Las hortalizas y las frutas, en cambio, pueden consumirse a voluntad. También se recomienda comer varios platos pequeños en lugar de tres comidas por día.

Miami o South Beach
La fase 1 del régimen dura 2 semanas durante las cuales se suprimen los hidratos como las pastas, el pan, el arroz, las papas, las tartas y las facturas. También se prohíben las frutas. Durante la fase 2, que se sigue hasta lograr el peso deseado, estos alimentos se permiten nuevamente. También fue creada por un cardiólogo, Arthur Agatston.

De la sopa de repollo
Hay que tomar un bol de sopa a base de repollo en cada comida durante siete días. A esto, cada día se le van agregando alimentos: frutas (día 1), hortalizas (día 2), frutas y hortalizas (día 3), bananas y leche descremada (día 4), carne de vaca y tomates (día 5), de vaca y hortalizas (día 6), arroz integral, jugos de fruta no azucarados y hortalizas (día 7).


Cohen
También propone una alimentación pobre en azúcares, que no debe seguirse más de un mes. La segunda etapa, del “régimen equilibrado”, tine un nivel calórico de entre 1200 y 1500 calorías.

Fricker
También las proteínas tienen un lugar importante y en la primera etapa se acompañan de una pequeña cantidad de grasas. Luego se incorporan cereales y pan. Se basa en tres comidas diarias.

Montignac
Consiste en no mezclar jamás los glúcidos “malos” (pan blanco) con los lípidos (carne) en la misma comida. También hay que evitar las papas, el arroz blanco y las pastas blancas y las harinas refinadas.

Weight Watchers
Se basa en la motivación. Funciona con un número determinado de puntos en función de la persona (altura, peso, edad y sexo) llamados “ProPoint”. Cada alimento es evaluado en estas unidades.

De la Zona
Distingue a los hombres de las mujeres y considera que el aumento de peso depende de los niveles de insulina. Prohíbe los alimentos “peligrosos”, como las pastas, los cereales, el pan y los jugos de frutas.




 

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