Todos sabemos que hacer ejercicio trae enormes beneficios físicos y
mentales pero ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo empezar? y más aún,
por qué es tan difícil mantenernos motivados para continuar con nuestra
nueva rutina a largo plazo?
En parte estas dificultades pueden deberse a que no planeamos bien
las cosas, nos ponemos metas extremadamente difíciles de alcanzar o nos
desilusiona no ver resultados al día siguiente de comenzar.
Algunas
recomendaciones para comenzar a hacer ejercicio y lograr mantenernos motivados son:
-
Buscá una actividad que te divierta. Para
incrementar tu nivel de actividad física existen muchas opciones. Si no sos de los que disfrutará pasar horas en el gimnasio pensá en otra
cosa. Tal vez disfrutes más salir a caminar a una plaza, jugar algún
deporte en equipo o inscribirte en una clase de baile. Buscá y probá
opciones. Lo que funciona para otros no necesariamente funcionará para vos.
También podés buscar formas de hacer más divertida alguna rutina que
ya hacés. Si decidiste salir a caminar o a correr buscá un
parque con un paisaje relajante o cambiá de camino día a día.
Además tomáte un poco de tiempo para preparar una lista de reproducción divertida en tu Mp3, o si preferís algunos audio libros, o programas de radio sobre temas que te interesen.
- Planteá metas realistas. Tener un cuerpo de
supermodelo para el mes próximo o correr una maratón la próxima quincena
probablemente no sean metas que realmente podrás alcanzar. Y cuando te
des cuenta de que no lo lograste te sentirás desilusionado y propenso a
tirar la toalla. Poné los pies en el suelo y planteáte metas más
realistas. Si tenés un gran propósito como correr un maratón, podés ir
partiéndolo en pequeñas metas. Cuando alcances la primera vas por la
siguiente y así sucesivamente.
- Llevá un registro de tus logros. ¡Por fin! Esta
semana lograste correr durante media hora todos los días. Anotálo. Ver
en un calendario registrados todos y cada uno de esos pequeños logros te
resultará muy motivador. ¿Qué te interesa más? ¿Ver cuántos largos hacés en la pileta?¿Cuántas vueltas diste a la plaza?
¿Cuántos kilómetros corriste? ¿En qué tiempo terminaste tu recorrido?
Cualquiera que sea tu interés principal regístralo en algún lugar
visible.
- Pensá en los beneficios. Mientras te ejercitás
o cuando el cansancio o la pereza quieren ganarte pensá cómo va a
ayudarte estar en forma. Cómo te vas a sentir
cuando tus músculos estén más tonificados. Cuánto más fácil te
resultarán tus actividades diarias….Seguramente lo sabés, pero recordá
que el ejercicio te ayuda a eliminar la grasa excesiva (y en
consecuencia esas “rollitos”), dar mayor eficiencia a tus pulmones,
aumentar la agudeza mental, mejorar la oxigenación del cuerpo, disminuir
los niveles de colesterol y los riesgos cardiacos, conservar y mejorar
el tono muscular, regular la presión arterial y mejorar la calidad del
sueño, entre otras cosas.
- No te compares con otros. Mientras hacés tu
rutina olvidá a los demás y concentrate en vos mismo. En el gimnasio no
mirés al que está al lado levantando el triple de peso del que
levantás vos. Olvidá el abdomen de lavadero o
la cintura de avispa de tus compañeros en la clase de fitness.
Concentráte en tus propias metas y aprendé a valorar tus propios logros.
- Informate. Leé lo que
puedas de la actividad que hayas elegido. Aprendé sobre los beneficios de diferentes
rutinas. Buscá tips y sugerencias de expertos y de otras personas como vos.
- Encontrá el apoyo de alguien. Encontrá un
cómplice entre las personas cercanas, alguien entre tus amigos o
familia que comparta tus intereses. ¿Hay alguien entre tus compañeros de
trabajo que disfrutaría igual que vos un partido de fútbol en la semana? ¿Alguna amiga querrá inscribirse en una clase de
baile? O tal vez tu pareja disfrute salir a caminar contigo todas las
noches mientras pasean a su perro. O al menos buscá alguien que se
interese sinceramente en saber sobre tus logros y los valore o te anime
a sacudirte la pereza ese fin de semana en que te está resultando
especialmente difícil levantarte del sofá.
- Buscá el mejor momento. Si hacer ejercicio por
las noches cuando estás cansado después de un duro día de trabajo te
parece cuesta arriba intentá levantarte un poco más temprano para
ejercitarte en las mañanas cuando estás descansado. Si el horario que
elegiste para ir al gimnasia parece ser el mismo que eligió todo el
mundo y está tan atestado de gente que no podés completar tu rutina con
tranquilidad buscá otra opción. Si tu horario es muy complicado y no
encontrás el momento para hacer una hora de ejercicio continua parte tu
rutina en dos o tres sesiones más cortas. Tal vez puedas caminar 15
minutos por la mañana, 15 minutos más a la hora de la comida y 15
minutos más para dar una vuelta a la manzana cuando hayas regresado a
casa.
- Premiate ¡Lo estás logrando! Cumpliste con tu objetivo de salir a correr al menos 4 veces cada semana, incrementaste la intensidad de tu rutina, disminuiste el tiempo que tardás en dar la vuelta a la pista o lograste incrementar las repeticiones y el peso en el gimnasio. Dáte un premio. Te lo merecés. Por supuesto, tratá que el premio no sea una enorme torta de chocolate, pero tal vez esos anhelados jeans nuevos, una visita al spa para recibir un relajante masaje o algo que te gratifique.
Mariana Alvarez Aceves
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