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miércoles


¡Ya llegó el fin de año!  (redobles y serpentinas)

Aceptémoslo: hay veces que la época navideña y de fin de año, más que ponernos de buenas, saca lo peor de nosotros
Que si el tráfico desquiciado, que si las filas interminables para las compras, que si muchos compromisos… 
Pero las cosas no necesariamente tienen que ser así; cosa de poner en práctica algunas acciones muy simples:




  • No pienses en la hora de hacer actividad física o ejercicio como una obligación para bajar/mantener tu peso. Vela como lo que realmente es: un momento de apapacho para tu cuerpo, para reflexionar, para desestresarte, para disfrutarte.
  • Cuando te sientas abrumado (por los compromisos, las compras, las emociones…) date un tiempo a solas y sal a caminar. Estirar las piernas, un poco de aire fresco y el movimiento en la calle siempre ayudan a despejar la mente y a tomar mejor decisiones.
  • Antes de ponerte al volante pregúntate: “¿de verdad, de verdad necesito usar el auto?” ¿O puedes realizar tu trayecto a pie, en bici o combinándolos con transporte público?
  • No esperes seguir por completo la misma rutina que el resto del año. Sé flexible con tus horarios; tómate el día con un poco más de calma.
  • Convive solo con la gente cercana y que verdaderamente te importa. Sí, unos días libres hacen que a uno le entren ganas de ponerse al día con un montón de conocidos, pero al saturar la agenda, en vez de descansar, terminamos a-go-ta-dos.
  • ¿Tienes que ir de compras? Organízate para que puedas hacerlas en un periodo determinado; uno o dos días, por ejemplo. Levántate temprano y así podrás evitarte filas y tráfico. De paso, tu mente y tu humor te agradecerán evitarle tanta aglomeración.

Pero que disfrutar no se convierta en atracones y en echar abajo todo el trabajo que has realizado a lo largo del año. Recuerda que las fiestas son mucho más que platos repletos de comida
Se trata de comer y gozar, no de excederte para luego sentirte culpable a tiempo completo. 
Por eso…
  • Que haya mucha comida no es razón para comer de más. Tampoco para comerse las emociones no expresadas o acumuladas (esas, mejor sacarlas).
  • Olvídate de llenar tu plato con alimentos de un solo grupo; mejor come de todo. Que “balance y pequeñas porciones” sea tu mantra.
  • Ponle atención a la familia, a los amigos, en lugar de a la comida.
  • Sí, el recalentado es una tradición, pero no comas por remordimiento o para no desperdiciar; congela lo que sobra, cómelo otro día y en pequeñas porciones.
  • Si comiste de más, ¡a mover el cuerpo! ¿Qué tal un bailecito para calentar el ánimo? O camina un poco. La cosa es que no te pases el día entero pegado a la mesa o al sillón.
  • Aunque sean vacaciones, no rompas con tu rutina de ejercicio, tu caminata de la tarde o el paseo con tu perrito. Eso sí, puedes ser más flexible con tus horarios.
  • Que los pendientes o las prisas navideñas no se lleven al traste tus horarios de comida. Inicia tus días como sueles hacerlo durante el resto del año; si te saltas alguna comida es más fácil caer en el atracón.
  • Mantente bien hidratado

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