El trastorno por atracón está presente en la mitad de las personas obesas que tratan de adelgazar. Mindfulness da un nuevo enfoque a su tratamiento.
Si bien la bulimia y la anorexia nerviosa son trastornos de la conducta alimentaria bien
conocidos por la población general, hay otro trastorno alimentario recientemente definido como entidad propia, que cuenta con mucha mayor prevalencia en la población: el Trastorno por Atracón:
En mayo de 2013 se publicó la quinta actualización del Manual de Diagnóstico y Tratamiento de los Trastornos Mentales (DSM-5) realizado por la American Pychiatric Association de EEUU. Por primera vez en este manual se reconoce al Trastorno por Atracón (binge eating disorder) como una entidad propia.
El Trastorno por Atracón es un desorden caracterizado por episodios de ingesta compulsiva, en donde se consume gran cantidad de alimentos durante un determinado periodo de tiempo, ingiriendo una cantidad de comida superior a lo que comería una persona normal en circunstancias parecidas, y acompañado por la sensación de pérdida de control.
Se diferencia de la bulimia porque quienes lo padecen no controlan el exceso de comida mediante el vómito ni el abuso de laxantes o diuréticos. Afecta hasta al 5% de la población general y es más frecuente en las mujeres que en los hombres. El porcentaje puede subir hasta un 55% en las personas que buscan tratamientos para bajar de peso.
Los criterios que introduce el DSM-5 para diagnosticar el Trastorno por Atracón son los siguientes:
1 - Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un lapso similar y en las mismas circunstancias.
2 - Sensación de pérdida de control sobre la ingesta de alimentos.
3 - Ingesta mucho más rápida de lo normal.
4 - Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
5 - Ingesta de grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre.
6 - Comer a solas para esconder su voracidad.
7 - Sentirse a disgusto con uno mismo, depresión, o gran culpabilidad después del atracón.
8 - Profundo malestar al recordar los atracones.
9 - Los atracones tienen lugar, como promedio, al menos una vez por semana durante un periodo de 3 meses.
10 - El atracón NO SE ASOCIA a estrategias compensatorias inadecuadas y no aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia o una bulimia nerviosa.
Qué suele desencadenar un atracón?
- Sentirse estresado.
- Emociones y sentimientos no agradables, como soledad, aburrimiento, pena e irritabilidad.
- En personas preocupadas por su figura corporal en planes de adelgazamiento, al percibir mínimas o nulas variaciones de peso, se puede precipitar una reacción negativa, generándose un abandono de los intentos de controlar la ingesta, comiendo de manera compulsiva.
- La dieta y el hambre asociada a ella: las personas que sufren de ingesta compulsiva suelen comer muy poco fuera de los episodios de atracones. La privación de alimentos genera una presión psicológica y fisiológica hacia la ingesta y una vez que ésta se inicia es difícil detenerla.
- Romper cualquier aspecto de la dieta impuesta: puede desencadenar una ingesta compulsiva.
Complicaciones físicas y psicológicas
Los criterios que introduce el DSM-5 para diagnosticar el Trastorno por Atracón son los siguientes:
1 - Ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un lapso similar y en las mismas circunstancias.
2 - Sensación de pérdida de control sobre la ingesta de alimentos.
3 - Ingesta mucho más rápida de lo normal.
4 - Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
5 - Ingesta de grandes cantidades de comida a pesar de no tener hambre.
6 - Comer a solas para esconder su voracidad.
7 - Sentirse a disgusto con uno mismo, depresión, o gran culpabilidad después del atracón.
8 - Profundo malestar al recordar los atracones.
9 - Los atracones tienen lugar, como promedio, al menos una vez por semana durante un periodo de 3 meses.
10 - El atracón NO SE ASOCIA a estrategias compensatorias inadecuadas y no aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia o una bulimia nerviosa.
Qué suele desencadenar un atracón?
- Sentirse estresado.
- Emociones y sentimientos no agradables, como soledad, aburrimiento, pena e irritabilidad.
- En personas preocupadas por su figura corporal en planes de adelgazamiento, al percibir mínimas o nulas variaciones de peso, se puede precipitar una reacción negativa, generándose un abandono de los intentos de controlar la ingesta, comiendo de manera compulsiva.
- La dieta y el hambre asociada a ella: las personas que sufren de ingesta compulsiva suelen comer muy poco fuera de los episodios de atracones. La privación de alimentos genera una presión psicológica y fisiológica hacia la ingesta y una vez que ésta se inicia es difícil detenerla.
- Romper cualquier aspecto de la dieta impuesta: puede desencadenar una ingesta compulsiva.
Complicaciones físicas y psicológicas
Existe un mayor riesgo de las siguientes condiciones:
- Colesterol alto.
- Presión sanguínea alta.
- Diabetes.
- Enfermedad de la vesícula biliar.
- Cardiopatías.
- Algunos tipos de cáncer.
- Mayor riesgo de enfermedades psiquiátricas, en particular la depresión.
En las últimas décadas, una cantidad creciente de estudios vienen demostrando que los déficits principales en los trastornos de la conducta alimentaria están caracterizados por déficit en la autorregulación en la ingestión de alimentos y en el manejo de las emociones.
- Presión sanguínea alta.
- Diabetes.
- Enfermedad de la vesícula biliar.
- Cardiopatías.
- Algunos tipos de cáncer.
- Mayor riesgo de enfermedades psiquiátricas, en particular la depresión.
En las últimas décadas, una cantidad creciente de estudios vienen demostrando que los déficits principales en los trastornos de la conducta alimentaria están caracterizados por déficit en la autorregulación en la ingestión de alimentos y en el manejo de las emociones.
El trastorno de la autorregulación de la ingesta de alimentos está vinculado a una dificultad en reconocer las señales corporales de hambre y de saciedad.
El trastorno en la regulación de las emociones muestra un déficit a la hora de identificar, gestionar y utilizar e forma adaptativa las emociones.
El enfoque de Mindfulness?
La práctica de la Atención Pura (Mindfulness) es una herramienta muy poderosa, reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físicos y psicológicos asociados al estrés, y mejorar el bienestar general. Aunque ha sido recientemente integrada a la medicina y la psicología en las principales universidades y centros médicos del mundo, se trata de una práctica muy antigua que se origina hace más de 2.500 años con el budismo.
Mindfulness o Atención Pura significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación.
La práctica de Mindfulness ayuda a recuperar el verdadero valor que la comida tiene, sin que los pensamientos, creencias, juicios, emociones y energía giren alrededor de ella. De ese modo dejamos de usar la comida como recurso de consuelo, premio o castigo: se trata de comer para vivir, y no de vivir para comer.
Con el enfoque de Mindfulness en la alimentación es posible cambiar la relación con la comida, aceptando estar en paz con nuestro cuerpo y además:
- Aprender a reconocer y tomar conciencia de las señales físicas del hambre y la saciedad para poder responder a ellas en vez de reaccionar;
- Distinguir entre hambre emocional y hambre física ampliando nuestros recursos para satisfacer adecuadamente nuestra necesidad emocional de compañía, distracción, premio, etc. sin tener que comer;
- Experimentar qué es comer con atención plena (mindfulness), participando más de la propia experiencia sensorial y recuperando el placer de comer;
- Adquirir herramientas para conectar con las emociones y así poder romper con los automatismos que nos llevan a comer sin pensar para luego sentir culpa;
El enfoque de Mindfulness en la alimentación está siendo considerado un nuevo paradigma en el tratamiento de los trastornos alimentarios por su mejora la autorregulación de la ingesta de alimentos, mientras continúan surgiendo pruebas que demuestran su utilidad.
La práctica de Mindfulness ayuda a recuperar el verdadero valor que la comida tiene, sin que los pensamientos, creencias, juicios, emociones y energía giren alrededor de ella. De ese modo dejamos de usar la comida como recurso de consuelo, premio o castigo: se trata de comer para vivir, y no de vivir para comer.
Con el enfoque de Mindfulness en la alimentación es posible cambiar la relación con la comida, aceptando estar en paz con nuestro cuerpo y además:
- Aprender a reconocer y tomar conciencia de las señales físicas del hambre y la saciedad para poder responder a ellas en vez de reaccionar;
- Distinguir entre hambre emocional y hambre física ampliando nuestros recursos para satisfacer adecuadamente nuestra necesidad emocional de compañía, distracción, premio, etc. sin tener que comer;
- Experimentar qué es comer con atención plena (mindfulness), participando más de la propia experiencia sensorial y recuperando el placer de comer;
- Adquirir herramientas para conectar con las emociones y así poder romper con los automatismos que nos llevan a comer sin pensar para luego sentir culpa;
El enfoque de Mindfulness en la alimentación está siendo considerado un nuevo paradigma en el tratamiento de los trastornos alimentarios por su mejora la autorregulación de la ingesta de alimentos, mientras continúan surgiendo pruebas que demuestran su utilidad.
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