Se denomina "alimentación complementaria" al período que comienza hacia el sexto mes de vida de los bebes, y como su nombre lo indica, "complementa" a la lactancia materna. La introducción temprana de alimentos produce un desplazamiento de la lactancia materna, lo que da como resultado una menor ingesta de energía y nutrientes.
La alimentación complementaria se define como el proceso que comienza cuando la leche maternal sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes y por ende, otros alimentos y líquidos son necesarios además de la leche materna.
La alimentación complementaria óptima está relacionada no solo con el qué se come, sino también el cómo, cuándo, dónde y quién alimenta al niño.
Las funciones de esta etapa están relacionadas con crear hábitos alimentarios saludables, estimular el desarrollo psicosensorial y psicoemocional del niño, logrando al final del año de vida su integración a la mesa familiar. Desde el punto de vista nutricional la alimentación complementaria tiene la finalidad de asegurar la ingesta de energía, proteínas y micronutrientes acorde a los requerimientos de la edad.
La alimentación complementaria óptima está relacionada no solo con el qué se come, sino también el cómo, cuándo, dónde y quién alimenta al niño.
Las funciones de esta etapa están relacionadas con crear hábitos alimentarios saludables, estimular el desarrollo psicosensorial y psicoemocional del niño, logrando al final del año de vida su integración a la mesa familiar. Desde el punto de vista nutricional la alimentación complementaria tiene la finalidad de asegurar la ingesta de energía, proteínas y micronutrientes acorde a los requerimientos de la edad.
El momento de la alimentación es ideal para dar afecto al bebé. Es una excelente oportunidad de estimulación, aprendizaje y vínculo social. A través de los alimentos los niños aprenden a reconocer olores, sabores, temperaturas, consistencia y texturas.
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