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lunes

Cómo prevenir la osteoporosis


La osteoporosis es una enfermedad de los huesos que se caracteriza por una reducción de la masa ósea, responsable del aumento de su fragilidad y, en consecuencia, en casos severos, de fracturas espontáneas. Es un trastorno que no presenta síntomas; por eso no suele detectarse hasta que se produce la primera fractura. Las más comunes son las de vértebras, muñecas, cadera y pelvis. Pero hay maneras de prevenir en la juventud y la adultez este deterioro en los huesos que afecta principalmente a personas de la tercera edad. La alimentación y el ejercicio juegan un papel fundamental tanto en la prevención como en el tratamiento de la osteoporosis. Por eso es importante prestarles especial atención en todas las etapas de la vida. Factores de riesgo Si bien la osteoporosis es una enfermedad multifactorial, existen determinadas situaciones que aumentan el riesgo. Un consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, una inmovilización prolongada, la falta de ejercicio regular y una dieta insuficiente o baja en calcio y vitamina D son factores que aumentan la posibilidad de aparición de la enfermedad. Para asegurar el aporte dietético de calcio es necesario consumir al menos 2 porciones de leche, yogur o queso al día. Además, es importante incluir alimentos que contengan vitamina D para favorecer su fijación en los huesos. Además, hay que tener en cuenta los antecedentes genéticos, la edad avanzada, el sexo (las mujeres son más propensas), la amenorrea, la menopausia temprana y la terapia prolongada con corticoides.

Algunas consideraciones

¿Por qué es importante la vitamina D en la prevención? 1. Aumenta la absorción intestinal del calcio y del fósforo. 2. Fija el calcio y el fósforo en huesos y dientes. 3. Interviene en la regulación de los valores de calcio en sangre (calcemia). Encontramos la vitamina D en los lácteos fortificados, yema de huevo e hígado de pescados, y en productos fortificados. Por otro lado, mediante la exposición al sol, nuestro organismo también es capaz de formar vitamina D.

La importancia de la actividad física Es fundamental en el tratamiento y la prevención de la osteoporosis. La actividad física no sólo mejora la salud de los huesos, sino que también propicia la fuerza muscular, la coordinación y la buena salud en general. Existen determinados ejercicios que contribuyen a mejorar la resistencia de los huesos; se recomiendan aquellos en los que uno debe soportar su propio peso, como caminar o actividades de fuerza en circuitos de resistencia.

Tratamiento con medicamentos: Cuando la osteoporosis está avanzada, se hace necesario un tratamiento que incluya suplementos dietéticos o farmacológicos específicos. Es importante consultar con el médico. El desarrollo de los huesos Desde el nacimiento, el metabolismo de los huesos es muy activo y se mantiene a lo largo de la vida. Una vez terminado su desarrollo, el hueso está en continua renovación y remodelación. El crecimiento más rápido de la masa ósea se produce desde el inicio de la pubertad hasta el final de la adolescencia: la mitad del total de masa ósea se adquiere durante este período. Luego comienza una fase de consolidación que dura aproximadamente hasta los 25 o 30 años, período de la vida en el que se alcanza el pico máximo de masa ósea. El capital óseo constituido durante la infancia y la adolescencia podría ser un buen factor de prevención de la osteoporosis. Por este motivo, durante esta etapa de la vida es cuando llevar una alimentación adecuada adquiere especial importancia. Pasados los 30 años aproximadamente, la curva de la densidad de los huesos empieza a declinar y, con el tiempo, el descenso es cada vez más pronunciado. La masa ósea comienza a disminuir de forma lenta y constante; y esta pérdida afecta de manera idéntica a ambos sexos. Sin embargo, en las mujeres a partir de la menopausia, la disminución de masa ósea se acelera. Según diversas investigaciones, la deficiencia de estrógenos (hormonas sexuales femeninas) es la principal causa de esta diferencia entre sexos. La pérdida de masa ósea se produce a un ritmo cuatro veces más rápido en la etapa previa al fin de la menstruación. Se estima que, en todo el mundo, una de cada tres mujeres mayores de 50 años padece osteoporosis. Menopausia Entre los 40 y los 50 años, el ciclo menstrual femenino se hace irregular hasta que cesa completamente. Este período se caracteriza por la carencia de estrógenos, lo que lleva consigo algunos cambios fisiológicos importantes. Entre ellos, se estimula la pérdida de calcio y se reduce la formación ósea. En esta etapa, es fundamental el control de la masa ósea mediante una densitometría. La alimentación, pilar fundamental Un aporte adecuado de calcio dentro de una alimentación equilibrada durante toda la vida, haciendo especial hincapié en las etapas de crecimiento y desarrollo óseo, es fundamental para prevenir la osteoporosis. La leche, el yogur y el queso son una de las principales fuentes de calcio. Algunas verduras, como la acelga, la lechuga, la espinaca y las coles también son ricas en este mineral, pero el calcio presente en estas últimas se absorbe y utiliza en menor grado, ya que es de menor biodisponibilidad. Los suplementos de calcio son importantes en algunos casos, pero no se debe minimizar la importancia del calcio que aportan los alimentos. El calcio en la alimentación protege los huesos en mayor medida que un suplemento. Por otra parte, la absorción del calcio de los alimentos se ve favorecida por otros nutrientes, como la lactosa y el ácido ascórbico, entre otras sustancias.

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