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jueves

La ansiedad de fin de año

Se acerca fin de año y crece la ansiedad. 

 Se termina el 2012 y se pretende terminar con todo lo pendiente, y esto genera una sensación de agobio,  ansiedad y estrés. La naturaleza y el ocio son 2 grandes aliados para sobreponerse.
  

 

El estilo de vi­da moderno, sobre todo el urbano, alargó las jornadas de trabajo en per­juicio del ocio y el tiempo libre. Hoy, relajarse y descansar puede ser, para muchos, imposible. Luego vienen las consecuencias: estrés; síndrome del quemado (burnout); depresión; abulia, por nombrar al­gunas que no sólo afectan a los gran­des, sino también a los chicos.



Fuente: clarin.com
- Reflexiones y consejos que ayudan a “parar la pelota” 
 
1- “El imaginario social no habi­lita ni fomenta la necesidad de detenerse a ocuparse de uno mismo, cuando es esencial para el bienestar de una persona. El tiempo libre es fundamental porque impli­ca un disfrute emocional y físico”. Licenciada Rosina Duarte, Clinicar.

2- “Se puede aprender algo nue­vo, leer un libro o simple­mente escuchar música. La medita­ción (Mindfulness) practicada de forma regular reduce los niveles de glucocorticoides, activados ante el estrés. Hacer ejercicios o actividades recreativas de forma cotidiana y regu­lar es básico para estar saludables”. Doctor Francisco Medina, Instituto de Neurología Cognitiva.

3- “El entrenamiento físico debe ser un oasis en la vorágine, no parte de ella. 
Cuando entrene, desconéctese del celular, las noticias y los problemas del día.  
La actividad física debe ser un cable a tierra para manejar el estrés, 
no para acentuar­lo. Deje que las endorfinas (hormo­nas del bienestar) 
hagan su traba­jo”.

4- “Cuando nos exponemos a largos períodos de estrés hay que reforzar 
el sistema inmunoló­gico con vitamina A (zanahorias, verduras de color verde 
oscuro y frutas amarillas y naranjas); vitami­na C (ají, brócoli, cítricos); 
ácido fólico (legumbres, espinaca o acel­ga); y zinc (pescados, hígado, semi­llas)”.

5- Conéctese a diario con la natu­raleza. En su trabajo puede in­corporar 
una fuente de agua, cuyo te­nue sonido es un gran relajante. Tam­bién, usar 
hornillos con aceites esencia­les de flores (lavanda, jazmín, geranio).  
Decore sus espacios con tonos paste­les: beige (tranquilidad);  
lavanda (equi­librio); y durazno (calma)”. Patricia Traversa,  
especialista en Feng Shui.

6- Es fundamental distinguir el cansancio por actividades que nos 
gratifican y vitalizan (estrés bue­no) del otro, cuando estamos satura­dos de 
cosas que no nos gustan y nos frustran (estrés malo). No se trata, 
entonces, de ‘desenchufarse’, sino de hacer lo que queremos 
hacer. Lila Isacovich, Fundación Buenos Aires.

7- “A veces, no alcanza con relajar­se y parar a tiempo: hay que aumentar 
nuestro caudal de energía tomando más conciencia de la forma de 
alimentarnos, relacionarnos, en­trenar y descansar nuestro cuerpo”.

8- “La solución del estrés no se encuentra fuera del ámbito habitual de cada 
individuo. El real desafío es encontrar bienes­tar manejando las 
contingencias cotidianas”. Dr. Daniel López Rosetti, Presidente de la 
Sociedad Argentina de Medicina del Estrés.

9-El ritmo que cada persona le imprime a su vida depen­de de sí 
misma y está a su alcance modificarlo. Mucha gente adjudica sus 
corridas e imposibilidad de parar a las demandas de otros. Re­sulta más 
sencillo echarle la cul­pa al afuera”. Lic. Mirta Dall’Occhio, Hémera, 
Centro de Estudios del Es­trés y la Ansiedad.

10- Vivir tenso o preocupado no debe confundirse con 
'ser responsable'. El grado de responsabilidad no está asociado a la 
cantidad de preocupaciones que uno tenga, uno puede ser res­ponsable y 
no por ello vivir abru­mado”. Lic. Marina Sinaí, Hémera.

- Señales de alerta

El estrés es lo contrario a la rela­jación -explica el psiquiatra 
Francisco Medina-. Puede venir tanto de frustraciones 
y adver­sidades (fallecimiento, divor­cio, despido), como de 
eventos positivos (ascenso, casa­miento, nacimiento). Por otro lado,  
el estrés agudo (breve, temporal) puede enfocarnos en una 
tarea e incluso salvarnos la vida. En cambio, el estrés cró­nico 
(duradero) provoca pro­blemas físicos severos de larga 
duración y trastornos mentales”.
Dolores de cabeza, musculares, irritabilidad, somnolencia o 
 insomnio son algunas de las pri­meras señales. “El cuerpo 
primero susurra, luego levanta un poco la voz y, por último, grita”
grafica el cardiólogo Daniel López Rosetti. Para los especialistas, 
identificar correctamente los síntomas y estresores es el primer paso
Luego, no dudar en apoyarse en familia, amigos y, en caso 
de con­tinuar la tensión, consultar con profesionales.

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