El vínculo con los demás sostiene nuestra propia vida
Por Facundo Manes
La interacción entre seres humanos resulta crucial para la
supervivencia: diversos estudios han demostrado que personas que viven
aisladas tienen menos expectativa de vida, se enferman más, tienen una
peor performance en pruebas cognitivas y reportan niveles descendidos de
felicidad . Esta interacción supone una relación que no se justifica
sólo en la proximidad sino además en el vínculo que se establece con el
otro.
El término empatía se aplica en el campo de las neurociencias a un
amplio espectro de fenómenos, desde sentimientos de preocupación por los
demás , hasta la capacidad de expresar emociones que coincidan con las
que está experimentando otra persona e, incluso, la capacidad de inferir
qué es lo que está pensando o sintiendo.
¿Qué es, entonces, la empatía y para qué sirve? ¿Se puede medir de
manera exacta la capacidad empática de cada ser humano? Hasta hoy,
ninguno de los intentos para cuantificar la empatía a través de medidas
reportadas por la misma persona o valoraciones hechas por pares ha
podido captar por completo el amplio rango de procesos afectivos,
cognitivos y conductuales que involucra. Esta complejidad puede derivar
de que la misma está procesada por una red ampliamente distribuida en
nuestro cerebro, que interactúa naturalmente de manera extensa con
diferentes regiones neuronales y sistemas cerebrales.
Cierta evidencia convergente de estudios en comportamiento animal,
estudios de imágenes en individuos sanos y estudios de lesión en
pacientes neurológicos sugiere que la empatía depende de una gran
variedad de estructuras cerebrales evolutivamente más nuevas, y también
incluye estructuras primitivas del cerebro que regulan los estados
corporales, emociones y la reactividad afectiva . Esto demuestra el rol
crucial que juega la empatía no sólo en los seres humanos, sino en toda
especie animal en la que individuos interactúen entre sí. Asimismo, la
empatía no sólo involucra procesos afectivos/emocionales sino también
procesos reflexivos en los que es necesario tomar perspectiva (por
ejemplo, entender por qué el otro está sufriendo).
Es por ello que la empatía tiene efectos directos sobre otros
procesos cognitivos . Por ejemplo, estudios de nuestro laboratorio han
demostrado que la empatía cumple un rol crucial en el juzgamiento moral.
Pacientes con algunas condiciones neurológicas o psiquiátricas en
las que fallan aspectos de la empatía muestran patrones de juzgamiento
moral no asimilables con el patrón general. Del mismo modo la empatía
resulta crucial para la motivación y en los aspectos más sociales de la
toma de decisiones.
Hoy, las investigaciones intentan estudiar no sólo cómo generar
medidas que puedan capturar de manera más fiable los niveles de empatía
de una persona, sino también el modo en que puede ser estimulada y
entrenada. Este concepto de empatía también resulta clave para abordar
cuestiones sociales. Después de todo, si alcanzamos desarrollar de
manera creciente nuestra experiencia empática para con nuestra
comunidad, es probable que lleguemos a comprender lo que piensa el otro y
convivir así más pacíficamente.
La gracia de la armonía es lograrla no sólo cuando tenemos ideas
comunes, que resulta siempre más cómodo y menos estimulante, sino
también posiciones divergentes. La cualidad empática está en conseguir
hacer de la diferencia una virtud.
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