En los últimos diez años se amplió el abanico de trastornos alimentarios
que sufren quienes, obsesionados con su imagen, se someten a dietas
peligrosas. ¿Qué son, la pregorexia, la diabulimia y el atracón de
alcohol?
Por: Florencia Vidal
Cuando Karen Carpenter murió en 1983 a los 32 años,
el mundo tomó conciencia de una enfermedad desconocida para muchos fuera
del ámbito médico. La autopsia determinó que la muerte de la cantante y
baterista estadounidense había sido por causa de complicaciones
cardíacas derivadas del trastorno alimentario que padeció durante casi
una década: la anorexia nerviosa. Desde entonces, fue creciendo tanto la
información acerca de esta patología como de la bulimia nerviosa,
ambas conductas asociadas a la necesidad de lucir delgados más allá de
lo saludable. Así también fueron aumentando los casos de quienes,
insatisfechos con la imagen que les devuelve el espejo, se someten a
dietas alimentarias restrictivas, obsesivas y peligrosas.
Si bien durante estos años, tanto la anorexia como la
bulimia nerviosa fueron los trastornos alimentarios más conocidos por su
incidencia en la población y por su tratamiento en los medios, hoy
también se conocen otros desórdenes como el atracón de alcohol, la
pregorexia, la diabulimia, la orthorexia y la vigorexia.
En el libro Los nuevos trastornos alimentarios, su
autora, la médica psiquiatra Juana Poulisis, explica que se trata de
diversas conductas que, si bien aún no fueron reconocidas oficialmente
por el discurso médico académico, se están viendo en las consultas de
manera cada vez más reiterada desde hace diez años y sobre las que los
medios de comunicación han comenzado a alertar.
Existen factores psicológicos, biológicos e
interpersonales que predisponen en una persona el desarrollo de un
trastorno de este tipo. Entre los rasgos psicológicos se presenta la
preocupación excesiva por el peso y la figura, la baja autoestima y la
distorsión de la imagen corporal, entre otros. En cuanto a lo
interpersonal, se trata de individuos que tienen dificultad para
expresar sus emociones y sentimientos, que tienen historias de abuso
físico, emocional o sexual, que fueron ridiculizados de chicos por su
apariencia o que son hijos de padres bebedores con dificultad para
controlar sus impulsos.
Para Poulisis es la sociedad, pero también son las
familias quienes están gestando personas insatisfechas con sus propios
cuerpos. Hoy es común ver en los gimnasios propuestas dirigidas a chicos
de 13 a 18 años para hacer musculación. "Esto está contraindicado
porque a esa edad un adolescente está creciendo y porque los obsesiona.
Ese cerebro está muy vulnerable. Y lo peor es que son los mismos padres
quienes los autorizan", afirma la médica.
Hay estadísticas que sostienen que si los chicos mandan
más de 200 mensajes por día, están más de una hora jugando con las
consolas y manejándose en las redes sociales tienen más tendencia a
futuro de caer en el abuso de alcohol, en trastornos alimentarios o en
cuadros depresivos porque se generan circuitos alterados a nivel
cerebral y aparecen los trastornos de ansiedad.
Los trastornos alimentarios están instalados desde hace
muchos años, pero la manera de tomar en forma de atracón no se veía
hasta hace diez. Entonces, se unieron la enfermedad de trastorno
alimentario con esta moda de tomar alcohol en forma de atracón. Hace
quince años el escenario era otro. Hoy, la previa es una especie de
ceremonia donde se le rinde culto al alcohol. En su libro, Poulisis
sostiene que las chicas que padecen problemas alimentarios se plantean
que no van a comer porque se ven gordas, pero no se plantean que el
alcohol engorda porque tiene calorías. Con el alcohol es más intenso el
pensamiento de me va a desinhibir y va a hacer que no piense.
La pregorexia o los trastornos que se dan durante el
embarazo y la crianza ponen de manifiesto hasta dónde puede llegar el
nivel de obsesión por el cuerpo. En este sentido, no puede dejarse de
lado la observación de qué consecuencias puede traer en los niños la
presencia de estos trastornos en sus madres y qué posibilidades tienen
de desarrollar una patología similar a futuro. "Tuve pacientes que
tenían conductas tremendas para con sus bebes como el diluir la leche
con agua para que la bebe no engorde. Hace poco una paciente me preguntó
si era verdad que a su hijo podía hacerle una tostada con manteca. Hoy,
las nenas de 6 años comentan que tienen panza, y sí, es normal que la
tengan porque todavía son un poco bebotas con el abdomen abultado",
explica. Los chicos no hacen más que repetir lo que escuchan todo el
tiempo de sus padres o de los adultos que los rodean, quienes sin
importar la edad, no escapan a frases del tipo tengo panza, mañana no
como.
En cuanto a las medidas que pueden tomarse para prevenir
estas enfermedades, hay una investigación que habla de los beneficios de
compartir una comida por día en familia. Esta sola conducta disminuye
la probabilidad de desarrollar un trastorno de este tipo. Entonces
hablamos del contacto, del encuentro, de la charla, de apagar la
televisión y los celulares. También es fundamental que los padres forjen
la autoestima en sus hijos. Es bueno que los chicos puedan tener
determinados logros como el aprender a andar en bicicleta, pues la
autoestima es uno de los factores determinantes en el desarrollo de los
trastornos alimentarios.
Los estereotipos de delgadez promovidos por los medios
deben ser contrarrestados forjando en los chicos un pensamiento crítico.
Explicarles, por ejemplo, que las fotos de las publicidades están
retocadas o photoshopeadas, que no se trata de imágenes verdaderas. Hay
que transmitirles también que no todo pasa por la imagen y que hay otros
valores que los hacen menos vulnerables a los dictados de la moda. "A
veces les pido a mis pacientes -dice Poulisis- que me cuenten qué cosa
linda les pasó esa semana, y en general eso que me cuentan no tiene que
ver con que si bajaron o no de peso, tiene que ver con que se
encontraron con su hijo y tuvieron una hermosa charla."
ATRACON DE ALCOHOL
Rasgos característicos:
Combinación de trastornos alimentarios (bulimia,
anorexia) con el abuso de alcohol. Con frecuencia, este trastorno se
asocia con conductas purgativas como vómitos, uso de diuréticos,
laxantes, anfetaminas y, en casos extremos, cocaína.
Consecuencias:
Riesgo de padecer un coma alcohólico que lleve a la
muerte. Déficit de vitaminas y minerales que llevan a un estado de
cansancio crónico. Intoxicaciones. Alteraciones cerebrales
irreversibles. Alteraciones de la conducta y de la actividad cerebral.
Problemas con el ritmo cardíaco. Alteraciones de las relaciones
interpersonales, del rendimiento académico. Prácticas sexuales de
riesgo. Conducción temeraria bajo los efectos del alcohol.
Testimonio de Sofía:
"Como me aterraba aumentar de peso, el día que salía no
comía y tomaba como mínimo tres tragos, bastante rápido, cosa de sentir
el efecto. Un día, al cuarto trago me caí redonda, sólo recuerdo abrir
los ojos en el hospital, con un suero en el brazo y mi madre llorando.
Había sufrido un coma alcohólico. Hoy estoy haciendo un tratamiento para
mi problema con la comida y el alcohol. Me llevó cuatro años tomar
conciencia."
LA MATERNIDAD Y LOS DESORDENES ALIMENTARIOS
Rasgos característicos:
La pregorexia es el trastorno alimentario que afecta a
las mujeres embarazadas que presentan conductas alteradas para mantener
su peso corporal. Se puede incurrir en la restricción de calorías y
nutrientes, la realización de ejercicio extremo y la combinación con
atracones y purgas.
Consecuencias:
Diabetes gestacional debido a ingestas compulsivas.
Hipertensión. Disminución en el volumen de líquido amniótico.
Deshidratación. Bradicardia y arritmias. Desprendimiento placentario.
Aumento de la probabilidad de complicaciones durante el parto. Aumento
de la probabilidad de fallecimiento del bebe durante el primer mes de
vida. Bajo peso del bebe. Bajos valores de Apgar al nacer. Aumento de
la probabilidad de retraso mental en el bebe. Insuficiencia
respiratoria del bebe. Alteraciones neurológicas. Déficit de atención
con hiperactividad.
Testimonio de la mamá de Abril:
"Mi hija ya tenía dos años y un día. Cuando comenzó a
hablar me dijo que yo nunca comía. Yo nunca me sentaba a comer con ella,
seguía salteando las comidas como veinte años atrás. Por imitación,
Abril un día comenzó también a comer menos. Al ver esto, sentí que debía
impedir que ella repitiera mi historia."
DIABULIMIA
Rasgos característicos:
Es la asociación entre dos patologías: la diabetes tipo 1 (insulino-dependiente) y un trastorno alimentario.
Consecuencias:
Neuropatía periférica (gangrenas, pié diabético).
Insuficiencia renal crónica. Disfunción eréctil. Deterioro en la visión y
ceguera. Hipertensión.
Testimonio de Mariana:
"Cuando a los 15 años me diagnosticaron DBT tipo 1, el
médico me explicó que el tratamiento para esta enfermedad era la
insulina junto con un plan alimentario adecuado. Si comía de más, mi
glucemia aumentaba, si comía de menos, padecía de hipoglucemia. Pero
como ciertas zonas de mi cuerpo no me gustaban, quería perder peso. La
cantidad de hidratos de carbono y calorías que contenían los alimentos y
mi cuerpo pasaron a ocupar un espacio fundamental en mi vida. Realizaba
ayunos prolongados, luego presentaba atracones. Esto me produjo dos
internaciones. No me daba cuenta de que esta conducta atentaba contra mi
vida."
ORTHOREXIA NERVIOSA
Rasgos característicos:
El término deriva del griego y significa orthos, lo
correcto, y orexi, apetito. Literalmente representa hambre por la comida
correcta. Comienza como un inocente intento por mejorar la calidad de
la alimentación, pero con el tiempo aparecen las obsesiones sobre qué se
debe comer y qué está totalmente prohibido.
Consecuencias:
Las dietas vegetarianas estrictas y prolongadas pueden
causar un déficit de vitamina B12 (presente en carnes, pescado, huevos y
leche) esencial para la producción celular. Esto puede provocar un
deterioro neurológico severo, deficiencia en la producción de las
células de la sangre y daño progresivo del sistema nervioso central.
Este daño es más severo en menores de 2 años, ya que en esta etapa el
desarrollo neurológico es crucial.
Testimonio de Verónica:
"Soy vegana, sólo como verduras, frutas y algo rico, como
una gelatina light. Si comía un postre me sentía muy mal e iba directo
al baño a vomitarlo. Con cada comida me miro al espejo y no me gusta lo
que veo, pero no puedo evitarlo, es más fuerte que yo. ¡Desearía poder
vivir del aire!"
TRASTORNO POR ATRACON
Rasgos característicos:
Ingesta de grandes cantidades de comida en episodios
aislados y en cortos períodos. Sensación de pérdida de control sobre la
conducta alimentaria. La compulsión a comer sobreviene aun cuando no se
siente hambre. Se hace en secreto. Luego del episodio se experimenta
culpa, enojo y vergüenza. Sensación de ineficacia, soledad y vacío. No
se utilizan recursos como las purgas para compensar las sobreingestas.
Con frecuencia, se asocia a otras patologías psiquiátricas como los
trastornos de ansiedad y afectivos (depresión mayor, distimia y
trastorno bipolar).
Consecuencias:
Hipertensión arterial. Obesidad. Colesterol alto. Enfermedades cardíacas. Diabetes mellitus tipo II. Enfermedades biliares.
Testimonio de Gabriela: "No tengo buenos
recuerdos de la adolescencia. La viví con mucho miedo e inseguridad. Me
sentía fea e inútil. Me sentía muy sola. Para calmar mi desesperación
iba a la cocina y me preparaba grandes banquetes de comida,
especialmente dulces. Todo lo que me prohibía en períodos de dieta, lo
comía en una hora o menos. Me aseguraba de no dejar rastros. Cuando mis
padres regresaban todo estaba ordenado".
VIGOREXIA O DISMORFIA MUSCULAR
Rasgos característicos:
En una primera etapa fue definido como anorexia reversa.
Se busca aumentar la masa muscular y definir los músculos para tener un
cuerpo fuerte y voluminoso. Se aíslan de su entorno por sentirse
inseguros con su imagen y evitan socializar fuera de los lugares de
entrenamiento. Consumo de anabolizantes para aumentar la masa muscular.
Consecuencias del consumo de esteroides anabólicos:
Disminución del tamaño y atrofia testicular. Disminución
en el recuento de esperma. Impotencia. Desarrollo mamario.
Esterilidad. Osteoporosis. Lesiones en tendones. Hipertensión
arterial. Incremento en los niveles de colesterol. Anomalías
cardíacas. Edema y daño renal. Hipoglucemia. Compromiso del sistema
inmunológico. Daño hepático. Cáncer de hígado y próstata. Tumores
renales y cerebrales. En las mujeres aparecen alteraciones del ciclo
menstrual, la voz adquiere un timbre masculino, crecimiento del vello
facial y ronquera. Cambios de humor, insomnio, adicción, depresión
mayor.
Testimonio de Juan:
"Después de ver los cuerpos marcados de varios de mis
amigos comencé a angustiarme por mi imagen. Elegí un gimnasio y comencé
con una rutina de pesas. El profesor me enseñó a medir mis músculos y me
aconsejó tomar suplementos dietarios. Por nada del mundo perdía una
clase de entrenamiento porque me angustiaba, me sentía culpable y al
mismo tiempo sentía vergüenza por esta conducta que me aislaba cada vez
más de mis seres queridos."
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